La arquitectura del pragmatismo sustentable.

Una definición de la arquitectura hoy, a través de la utopía y la crisis ambiental.

¿Que puede aportar hoy la arquitectura a la sociedad? ¿Cómo el pragmatismo, la manera en la que la arquitectura tradicionalmente se ha enfocado en solucionar problemas, puede encaminarnos hacia un mejor futuro socioambiental que todos estamos buscando? Una manera de responder es mediante otra pregunta lanzada por Hashim Sarkis, director de la Escuela de Arquitectura y Planeación del Massachusetts Institute of Technology:

 ¿Cómo vamos todes juntes a vivir?

El cómo apela al pragmatismo arquitectónico mencionado arriba, nos hace buscar soluciones. El vamos nos señala que lo que hacemos hoy impacta en el futuro durante siglos; nos recuerda que la mente de la arquitecta vive siempre en el futuro porque hace proyectos (proyecciones), dicho de otra manera, la arquitectura siempre está pensando en algo futuro.

 Sarkis nos recuerda también que lo que aporta la arquitectura, debe de ser para el todes, para un todes que existe en un mejor futuro socioambiental. En este futuro, primero, las soluciones arquitectónicas no se enfocan en los privilegiados, son para un futuro donde todas las personas somos parte de una sola especie en convivencia de otros seres que también integran el mundo apelando a una empatía a nivel planetario.

Juntes subraya la idea de comunidad, de bienes comunes—como los recursos globales del agua y los bosques—, y nos recuerda que la arquitectura en las catedrales góticas, la muralla china, las pirámides o los dólmenes, son una forma de expresión colectiva. Además, el juntes hoy significa co-diseñar, aportar desde una postura de escuchar, más que de dictar, y significa contagiar a todes de esta actitud: a ciudadanos electos (con la responsabilidad de decidir en nombre de todos) inversionistas y agentes de cambio.

Vivir, finalmente, habla del optimismo de los arquitectos, ese optimismo desde el que hoy se piensa el futuro donde no solo sobrevivamos sino prosperemos todes con bienestar y felicidad.

La frase completa pareciera una utopía, un concepto con el que la arquitectura está bien familiarizada desde mucho antes de la invención de esa palabra por Thomas Moro en 1516. Las ciudad prohibida de Pekín, los mausoleos, las ciudades ideales del renacimiento o las arquitecturas de alegorías religiosas, todas apelan a estados ideales del momento, manifestadas en arquitectura, ilustraciones, imágenes, pinturas, textos y hasta poemas.

Hoy, la utopía socioambiental de vivir todes juntes, se materializa en internet, más personas que nunca aspiran a una utopía, y lo  que la arquitectura puede aportar a todas las personas que la buscan, es el entendimiento que las utopías son útiles porque no puede haber proyecto sin la idea de futuro. La utopía coloca a la mente en un futuro mejor, en un futuro deseado, en el caso de hoy, en el futuro de vivir todes juntes.

Como se pudo ver en la XVII Bienal de Arquitectura de Venecia, existe un binomio de crisis-utopía que se inclina por ejercitar prácticas multidisciplinarias. La arquitectura de hoy se enfrenta, por un lado, a una crisis global de sustentabilidad que trasciende su disciplina, pero en la que debe de practicar y por el otro, se enfrenta a una recientemente difundida utopía socioambiental. La combinación crisis + utopía + multidisciplina da como resultado el desdibujamiento de los límites de la arquitectura. El visitante a esta exhibición global de reflexión crítica sobre la arquitectura podría salir con una pregunta: ¿Que es, entonces, la arquitectura; porque—por ejemplo—la organización internacional Still I Rise encargada de asegurar la instrucción y protección a los niños prófugos y vulnerables, son parte del pabellón italiano de la Bienal de Arquitectura de Venecia?

Una manera de abordar esta pregunta es distinguir a la disciplina desde las prácticas y herramientas concretas encontradas en el repertorio histórico de la arquitectura. Algunas de estas serán obvias para propios y extraños, como la representación bidimensional visual de algo inexistente pero posible, llamada ahora el render; o ésta misma representación, pero en forma tridimensional, esto es, las maquetas físicas o digitales. Adicionalmente, otras, prácticas y herramientas recientemente descritas por historiadores de esta disciplina, no son tan obvias para la población en general o incluso para los arquitectos: por ejemplo, entender a la arquitectura como una disciplina que sabe especificar con qué y cómo se realizará algo, o como una disciplina de alto poder organizacional y de coordinación, o como la profesión de crear narrativas, o de investigar.

Este breve ensayo brinda una útil definición contemporánea de la arquitectura basada en prácticas y herramientas que ilustra mediante casos específicos exhibidos en la XVII Bienal de arquitectura de Venecia.

Texto: Leonardo Díaz Borioli, Ph.D. - Director Creativo Estudio 3.14

Imagen: Cortesía del autor (Venecia, 2020)

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